Goustave Morau exclamó de Henri Matissse “usted va a simplificar la pintura. Con ello no simplificará la naturaleza, ni la reducirá. La pintura ya no existirá más...No me haga caso. Lo que usted hace es más importante que que yo digo. No soy más que un profesor, no entiendo nada”.
Matisse, pintor del color extremo y padre del “fauvismo”, pintó en 1904 la obra “lujo, calma y voluptuosidad”, considerada como la obra síntesis del postimpresionismo y un manifiesto de lo que sería el fauvismo poco después.
La utilización subjetiva del color y la simplificación del dibujo, su desinterés por el acabado y sus colores chillones le granjearon el desprecio de la crítica en aquel entonces (crítica absolutamente miope y que como muy acertadamente Salvador Dalí denominó "los cornudos del arte" en una obra homónima, si bien de todos es conocida su animadversión hacia los dadístas, fauvistas y ya no digamos la pintura abstracta), cosa que encumbró a los fovistas como movimiento de vanguardia con pintores como Vlamick o Derain. Para los fauvistas el cuadro debía ser expresión ante todo., expresión salvaje, sin medida. Quizás el pintor impresionista que más influyera en ellos fuera Gaugin del que aprendieron la libertad en el uso del color así como la liberación del temperamento y el instinto personal .
Matisse, ese hombre de apariencia “normal” -como recién salido con la vestimenta de unos grandes almacenes-, una vida familiar y apariencia pseudoburguesa, pero con una enorme y muy intensa vida interior , una mirada infantil que plasmaba magistralmente en sus cuadros.
Vaya desde aquí un pequeño y rendido homenaje a este gran artista con un pequeño vídeo en el que se puede apreciar parte de su obra con una obra magistral para piano de Chopin "Prelude in E-Menor (opus 28 Nº 4).
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