lunes, 17 de agosto de 2009

VICENTE PASCUAL, la mirada pausada del samurai

He tenido la oportunidad y el privilegio de asistir o mejor dicho de mirar , ver y contemplar la exposición retrospectiva que, Vicente Pascual Rodrigo , tiene actualmente en el Palacio de Sástago de Zaragoza, "Opusculum, 1989-2008", a través de 108 obras que reflejan la última etapa de este artista (pintor y poeta-filósofo) y que podéis visitar hasta el 20 de septiembre.

Vicente Pascual nació en 1955 en Zaragoza y murió en Utebo en 2008, fundó junto con su hermano Ángel la Hermandad pictórica y bajo esta denominación fue presentando su trabajo hasta 1989. Comenzó introduciéndose en el pop-art ("Goering macho", "los heterodoxos aragoneses", "el coche de Rene"...).

Tras su contacto con oriente, transformó su pintura a través de una mirada más pausada y profunda ( "La práctica diaria del recuerdo constante", "el comienzo de un largo viaje",...), como ralentizada en el tiempo cuan si de una película del maestro Ozu se tratara, en paisajes pausados reducidos poco a poco a la mínima expresión hasta llegar al final a la "reconstrucción" de los mismos a través de las más simples geometrías, cuadrados, triángulos y círculos ("Imitatio I", "Fons Viate III", las series sobre "Turris Eburnea"...) en una síntesis sólo al alcance de aquel que ha entrado en plena comunión con su yo más íntimo y la naturaleza que le rodea, en definitiva de un místico.

Un exposición que recomiendo fervorosamente para todos aquellos que gustéis del arte en estado puro, sin contaminaciones paracomerciales ni exclavismos a una moda. Poesía llevada al lienzo de la mano magistral de este gran "artesano" del pincel, un alquimista que nos muestra su alma desnuda, llena de sensibilidad y amor a todo lo que le rodeaba. Prescripciones, abandonen las prisas , déjense seducir por lo allí expuesto e intenten ver o mejor dicho sentir lo que el artista ha plasmado.

Para finalizar no puedo por menos que hacerlo con alguno de sus escritos y un vídeo en el que podéis ver al artista recitando uno de estos hermosos poemas.

De su libro "de la vida y la muerte":
I

Quizás, no sé, yo que no sé,
aquel cuyo nombre
en el agua escribió,
salvó su mejor vida
por aquel tan solo acto.

Qué mis huesos se evaporen,
en el aire muy inmenso.
Qué mis carnes alimenten
muy menudas criaturas.

Y qué mi espíritu
muriendo encuentre
el sendero de retorno,
de retorno a ese lugar
del que, al nacer, ya fuí exiliado.


II

Hay un ver que es sólo ver
y un mirar dentro del ver,
de ese ver que sólo ve.

Pero luego hay otro ver
que es atar y contemplar.
Que comprende lo mirado,
la mirada y al que mira.

Uno es este y aquel ver,
son lo mismo, son lo mismo.



1 comentario:

  1. estuve viéndola.Y no eres el primero que me habla bien de este autor.LÍNEAS GEOMÉTRICAS DE COMPLICADA ELABORACIÓN.rECURSOS ESTILÍSTICOS.

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